Tags: Expulsion; Francia; Francia vs Italia; Gerardo Bedoya; Italia; Jugadas violentas; Materazzi; Millonarios; Pepe; Real Madrid; Riquelme; Santa Fe; Zidane
Si, es cierto que el mensaje que dejo Gerardo Bedoya con su acción en el último clásico frente a millonarios, fue la menos indicada para un profesional, que como el mismo lo dijo, es visto como ídolo o como ejemplo por muchos niños. Es cierto también, que fue una acción desleal contra un rival que a la larga es un colega. No deja de ser además una apología a lo que tanto criticamos en nuestro país, y es que por injusto que sea, no podemos tomarnos la justicia por nuestras propias manos.
Seguir a @golyfutbol{.twitter-follow-button}
Si hubo una acción provocadora que nadie vio, la verdad es que todo queda en el terreno de la imperfección del sistema como tal. No quiero justificar una acción violenta, pero si quiero poner de manifiesto que acciones como esta ha habido varias y protagonizadas por jugadores que no se caracterizan por el juego fuerte o mal intencionado. Sé que la primera imagen de comparación que se le viene a todo mundo es la de Pepe, el central del Real Madrid, pero las que quiero traer a colación son las de Zidane en el mundial del 2006 y la de Riquelme en una polémica expulsión.
Estos son dos jugadores que se caracterizaron por todo lo contrario que representa Bedoya en lo futbolístico, es decir, y no malinterpreten mis palabras. Zidane y Riquelme son dos jugadores que se dedican a crear, a construir el juego de su equipo, Bedoya es un jugador que esta encargado de destruir el juego del rival. Lo que hoy los une a los tres es que fueron provocados, pero el reglamento de fútbol no contempla ningún castigo para las provocaciones verbales o, en el caso de Riquelme, digitales. Los tres reaccionaron mal, y los tres fueron bien expulsados, esa es la verdad del asunto.
Lo de Zidane se ha discutido mucho, que Materazzi lo insulto y lo provoco, el francés perdió la cabeza… en el pecho de Materazzi, y termino dejando a Francia desvalida y a merced de Italia en el alargue de un enredado partido. Que pudo haber dicho el italiano para que Zidane, un profesional a punto de retirarse, jugado sus últimos minutos, en la final de un mundial, con tanta experiencia y con tanto en juego, terminara agrediéndole? Algo muy grave suponemos.
Lo de Riquelme es algo tan bizarro como grafico, al igual que fueron graficas las declaraciones de todos los involucrados. Riquelme dijo: El defensa me mete el dedo en el orto y yo reacciono como tengo que reaccionar. El defensa dijo: que queres que haga, mi misión es borrar a Riquelme como sea, si no lo hago el técnico me echa una bronca. El árbitro dijo: Yo veo el puño y expulso a Román, pero Román me dice que le venían metiendo el dedo en el orto y yo a Román le creo porque no es un jugador violento, pero yo no vi lo del dedo. Realmente no hay mucho que explicar.
Y a Bedoya con su pasado y su anti record es fácil juzgarlo y criticarlo, es lo que los abogados llaman un patrón de conducta, razón por la cual nadie lo defiende y para todos es más fácil criticarlo y hacer ejemplo de él. No me opongo a ello, esta bien que se le sancione, como se sanciono a Pepe, como se sanciono a Riquelme y como hubieran sancionado a Zidane, de no ser porque el Francés jugaba su ultimo partido en ese mundial.
Pero concentrándonos en el caso de Bedoya, es un jugador polémico, pero tal vez lo que mejor resume el tipo de jugador que es Gerardo Bedoya, fue la descripción que un amigo hizo de Pimentel hace muchos años. De antemano pido disculpas por el lenguaje si puede ofender a alguien, pero esta frase de mi amigo es tan elocuente como rutinaria. En esa época Pimentel jugaba en el Pereira, y mi amigo, que es pereirano me soltó esta perla: “Pimentel es un hijueputa cuando juega para un rival, pero cuando juega para el equipo de uno es un putas.” Y esa misma frase se aplica para Gerardo Bedoya, quien por su temperamento se gana el odio de las hinchadas rivales, incluso de los jugadores rivales, pero que sin duda deja hasta la ultima gota de sudor en el campo, hace respetar al equipo, y con ello se gana el respeto y el cariño de la hinchada del equipo al que representa. Claro, a veces en eso de hacer respetar se le va la mano, y es lo que debe corregir, aunque tal vez sea tarde para ello porque Bedoya esta mas cerca de retirarse que de tener una larga carrera, pero el gran costo de ese comportamiento es el exponer a su equipo a jugar con un hombre menos en muchas ocasiones (41 según la estadística) y a que los árbitros estén prevenidos con el y quieran usarlo como ejemplo. Pero hoy en su defensa quiero decir que ojala muchos tuvieran la ética, la entrega y el profesionalismo de Bedoya; no miremos hoy el mal ejemplo de esa ultima jugada sino la entrega y el sacrificio que ha ido dejando en cada uno de los equipos en los que ha jugado, ese es el ejemplo que deben ver los niños y los jugadores que vienen surgiendo y teniéndolo como referente.
Y bueno, aprendamos todos de esto una lección, que la justicia no se toma por las propias manos, por injusto que sea, que lo digan Zidane, Riquelme y Bedoya.