El fútbol hoy: analítica y visualización de datos

Tags: Adolfo Pedernera; Antonio Julio de la Hoz; Carlos Salvador Bilardo; Cesar Farías; Efraín 'El Caimán' Sánchez; Francisco Maturana; Hernan Dario Gomez; Iñaki Sáez; Javier Alvarez; Jorge Luis Pinto; José Antonio Camacho; José Pekerman; Luis Aragonés; Luis Augusto García; Proceso en el futbol; Reynaldo Rueda; Vicente del Bosque

Hace un tiempo hice un ejercicio sobre la corta, cortísima duración de los entrenadores de fútbol en la liga colombiana. Aquella entrada la llamé ‘sin proceso no hay paraíso‘. Pasada una jornada más de eliminatorias en el mundo, algunos entrenadores salen fortalecidos, otros debilitados y, en algún lugar del mundo, seguramente, alguno será despedido. Entre los que salen  fortalecidos destaca José Pekerman, actual seleccionador colombiano. Entre los debilitados,  Borghi de Chile y, aunque sorprenda, Tabarez en Uruguay.

El caso de Colombia es llamativo porque desde que Bilardo entrenó a Colombia rumbo a España ’82, ningún entrenador extranjero había dirigido la selección nacional. No es difícil adivinar por qué: Bilardo jugó 10 partidos, 4 oficiales, 6 amistosos. Apenas ganó un partido amistoso ante Paraguay. En las eliminatorias, empató dos partidos y perdió los otros dos.

Colombia cayó eliminada, ya con entrenador colombiano, en las eliminatorias del Mundial de México 86. Y ‘Sin querer queriendo’ inició un proceso. Francisco Maturana debutó como entrenador el 11 de junio de 1987 en un amistoso contra Ecuador. El marcador 1-0 le dio cierto crédito a pesar de la derrota tres días por 3-0 durante la revancha disputada contra el mismo rival. La Copa América de aquel año fue clave para consolidar el proceso. Colombia, con un fútbol estético, quedó en tercer lugar venciendo al anfitrión, Argentina, entonces Campeona del Mundo. Ante los buenos resultados, Maturana llegó a dirigir 105 partidos clase A, es decir partidos contra otras selecciones nacionales. La cifra es tremendamente significativa. Antes de Maturana, los seleccionadores nacionales, (un total de 17), dirigieron a la selección un promedio de 9,75 partidos.

Personajes como Antonio Julio de la Hoz, en las eliminatorias a Inglaterra 66 o Fernando Paternoster, argentino él, en los juegos Boliviarianos de 1938 apenas dirigieron 4 partidos. Pero ilustres como Pedernera o ‘El Caimán” Sánchez también sufrieron los estragos de la ausencia de un proceso. Pedernera fue acaso el más exitoso. Un amistoso frente a los Estados Unidos (que ganó 2-0) lo preparó para las eliminatorias al mundial de Chile ’62 a donde clasificó. Antes del mundial tuvo tres partidos de preparación. Gracioso o no, todos contra el mismo rival, México. Dos derrotas y un empate no eran las mejores cartas de presentación para afrontar un grupo contra dos potencias del Este (Yugoslavia y Rusia) y una potencia mundial: Uruguay. Dos derrotas y un empate heroico fue el resultado de Pedernera en aquel mundial.

El caso del Caimán Sánchez es quizás más amargo, al menos visto en retrospectiva. Debutó como seleccionador en un amistoso frente a Costa Rica el 1 de septiembre de 1963. Perdió 5-4. Tres días después, en la revancha, ganó 1-0. No debió gustar su trabajo porque fue reemplazado por Antonio Julio de la Hoz en la búsqueda de un cupo a Inglaterra ’66. Sin embargo, fue reencauchado para la Copa América del ’75 donde sin ningún partido de preparación (de hecho la selección no disputó ningún partido los dos años previos a ese torneo) logró el subcampeonato. Después del fracaso de Bilardo rumbo a España ’82, al ‘Caimán’ Sánchez le volvieron a confiar la selección en 1983. Aquel año jugó cuatro amistosos. No reaparecería la selección hasta agosto del ’84 en la Copa América en la cual fue rápidamente eliminada por Perú. En total el ‘Caimán’ dirigió 25 partidos, junto a Gabriel Ochoa Uribe, (también en dos etapas) quienes más partidos dirigieron antes de la era Maturana.

Después de Maturana, el ‘Bolillo’ Gómez dirigió 75 partidos y juntos son responsables de la etapa más productiva del fútbol colombiano. Sin embargo, después del mundial del ’98 volvieron las prisas y el desorden. Javier Álvarez dirigió 15 partidos y Luis Augusto ‘el Chiqui’ García, 21 partidos. Maturana, enemigo futbolero del Chiqui, lo sacó con un famoso artículo en El Tiempo, dos días antes de empatar contra Venezuela de visitante. Maturana, conocedor de fútbol, intuía que Venezuela iba camino de dejar de ser la cenicienta. La opinión pública, sin embargo, no aceptó el empate contra el país vecino.

Maturana arrancó con derrota ante Argentina, pero ganó la conflictiva Copa América del 2001. En esa etapa dirigió 13 partidos. Reynaldo Rueda entró interinamente a dirigir por tres partidos mientras Maturana descansaba para dirigir 18 partidos adicionales. Reynaldo Rueda volvió, ya en 2004, y estuvo 40 partidos. En 2007 legó la dirección a Jorge Luis Pinto quien entrenó a la selección por 27 partidos. Lara terminó las eliminatorias a Sur África 2010. Fue seleccionador durante 16 partidos. El ‘Bolillo’ Gómez regresó en 2010 a dirigir 17 partidos. Una borrachera con golpiza a una mujer incluida lo sacó de la selección dando pasó a Leonel Álvarez. Éste dirigió apenas 5 partidos. Así hasta que llegó Pekerman, argentino él, quien acabó con la larga racha de entrenadores locales.

En diferentes etapas, desde 1998, Colombia ha tenido la friolera de 11 entrenadores. Es decir, en promedio, un entrenador está a cargo de la selección por 15 meses. Así no hay proceso que valga!

El contraste con los mejores es claro. Desde 1998, España ha tenido cuatro seleccionadores: Camacho, Saéz, Aragonés y Del Bosque. Mayor estabilidad es difícil. Y es importante resaltar, que se mantuvo entrenadores aún en horas bajas. Eso lo anotamos hace un par de meses en una entrada. Este proceso, aunado a una camada excepcional de futbolistas tiene a España en la cúspide hace cuatro años largos.

No es sólo Colombia, por supuesto. Perú en el mismo lapso ha tenido nueve entrenadores. Chile, relativamente más exitosa que Perú y Colombia ha tenido ocho entrenadores desde 1998. En defensa de los chilenos, cabe recordar que Marcelo Bielsa simplemente se negó a continuar. Argentina, futbolísticamente más sería, ha tenido seis entrenadores.

Ecuador, participante asiduo de los últimos mundiales ha tenido, desde que llegó Hernán Dario Gómez en octubre de 1999 apenas cuatro entrenadores. Pero el mejor ejemplo es Venezuela. Nunca ha ido a un mundial, pero ya no es la cenicienta. Acaba de vencer, por primera vez en su historia a Paraguay en Defensores del Chaco. Desde el 2001 ha tenido dos entrenadores, Paéz y el actual, Cesar Farías.

La conclusión es simple. Mientras el cortoplacismo siga primando en los dirigentes, las posibilidades de éxito se reducen aceleradamente. El proceso no garantiza el éxito en el corto plazo, pero si aumenta las posibilidades de triunfo en el medio y largo plazo.

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