Tags: Abramovich; Anzhi; Atlético Nacional; Carlo Ancelotti; Champions; Chelsea; English Premier League; Fútbol Profesional Colombiano; Guus Hiddink; Javier Pastore; Juan Carlos Osorio; Manchester City; Manuel Pellegrini; Mark Hughes; Mourinho; Oporto; Paris Saint Germain; Raúl Gonzalez; Roberto Carlos; Sameul Eto'o; Shakhtar Donetsk
Es curioso. Aunque estamos en la peor crisis económica desde la gran recesión de 1929, también vivimos el mayor boom de billonarios comprando equipos de fútbol por todo el mundo. Quizás sea por eso mismo. La crisis ataca al denominado ‘primer mundo’, no tanto a las economías emergentes o aquellas que dependen de recursos naturales como el petróleo. A Colombia la moda de rusos o jeques comprando equipos no ha llegado. Pero sí hay un equipo con un respaldo económico superior a la mayoría de equipos colombianos y suramericanos: El Atlético Nacional de Medellín.
Uno de los más poderosos conglomerados económicos de América Latina, la Organización Ardila Lule, adquirió en 1996 al Atlético Nacional. Si bien desde entonces ha ganado cinco torneos domésticos, su mayor éxito internacional ha sido ser finalista de la Copa Sudamericana de 2002. Poco para un equipo que aspira a mayores glorias. Quizás por eso, al finalizar la campaña del 2011, se procedió a realizar una inversión nunca antes vista en Colombia: más de siete millones de dólares para aspirar a ganar por segunda vez la Copa Libertadores de América.
El resultado fue un absoluto fracaso. No sólo fue eliminado en octavos de final de la Copa Libertadores, sino que fue incapaz de clasificar entre los ocho mejores del torneo colombiano. Eliminado de Copa y Liga la rentabilidad de la inversión no ha parado de cuestionarse. Las directivas del Nacional reaccionaron. Echaron al entrenador, trajeron un nuevo entrenador, dieron de baja o vendieron a diez jugadores y trajeron seis jugadores de nivel. La pregunta es sí la inversión será, ahora sí, rentable.
Cada caso es único, pero quizás sea útil revisar lo que ha sucedido con aquellos equipos que de un año a otro realizan una inversión muy superior a su promedio histórico. El equipo que a todos se nos viene a la mente es el Chelsea. En el 2003 lo compró el billonario ruso Abramovich. Aquel verano se escucharon, con sonrisa mal disimulada, los intentos del ruso por comprar a la gran estrella del Real Madrid: Raúl Gonzalez. No tenía sentido que un equipo sin la tradición y solera del Real Madrid aspirará a quitarles su máximo símbolo. Ese intento fracasó. Pero Abramovich continuó con su aspiración de montar un equipo del máximo nivel. En cuanto al entrenador, el ruso optó por la línea conservadora y decidió mantener a Claudio Ranieri en el cargo desde el año 2000. Chelsea fue segundo en la Premier aquella temporada a 11 puntos del campeón, el Arsenal. El billonario dueño del Chelsea consideró aquello un fracaso, trajo a Mourinho quien venía de ganar la Champions con el Oporto y en 2004 el Chelsea fue campeón de Inglaterra por primera vez desde 1955. Al año siguiente, repitió en la liga, pero fracasó en Europa. Aquello sentó las bases para la destitución de Mourinho a mitad de la temporada siguiente. La obsesión de conquistar la Champion no se cumplió hasta el 2012.
Después de Abramovich mucho otros millonarios han aterrizado en Europa y en la Premier en particular. Pero sólo uno es de ligas mayores: Sheikh Mansour bin Zayer Al Nahyan cabeza del ‘Abu Dhabi United Group’ que en septiembre del 2008 compró al Manchester City. Al igual que Abramovich mantuvo al entrenador, en este caso Mark Hughes. Ante la falta de resultados tangibles, lo destituyó en diciembre del 2009 y lo reemplazó por Roberto Mancini. En aquella temporada 2009⁄10 el City quedó por fuera de la Champions League. Apenas si pudo clasificar a la Uefa Europa League. En la temporada siguiente quedó tercero y, por fin, pudo entrar a la Champions League. En la 2011⁄12, aunque fue eliminado pronto de la Champions, logró por primera vez desde 1968 el título de campeón de la liga inglesa.
En España recientemente aterrizó el jeque Abdullah ben Nasser Al Thani. En junio de 2010 llegaron los petrodolares a la Costa de Sol. A diferencia del Chelsea y el City, el jeque del Málaga optó por traer un entrenador nuevo: Jesualdo Ferreira quién venía de triunfar en el Oporto. Sin embargo su aventura apenas duró unos meses pues en noviembre de ese mismo año el Málaga lo reemplazó por el chileno Manuel Pellegrini. El equipo se recuperó en la segunda mitad de la liga pero apenas alcanzó para el undécimo puesto. En la temporada 2011⁄12 el Málaga logró, por primera vez en su historia, clasificar a la Champions League.
Hay casos menos conocidos, pero con un patrón similar. Por ejemplo el FC Shakhtar Donetsk de Ucrania. En 1995, luego que una bomba asesinara al hasta entonces dueño de Club; Rinat Akhmetov, cuya fortuna se estima en 16.000 millones de dólares, adquirió el equipo. Si bien en 1995 y 1997 ganó la Copa de Ucrania, no fue hasta el 2002 que el Shakhtar quedó campeón de liga. En 2009, además, se proclamó campeón de la UEFA Europa League.
Otros equipos con inversiones millonarias está aún pendientes de alcanzar los éxitos esperados. Destacan dos. El Anzhi ruso y el Paris Saint Germain. En enero del 2011, con planes de invertir 200 millones de dólares, el billonario Suleyman Kerimov adquirió el Anzhi. Desde entonces ha contratado figuras de renombre como el brasileño Roberto Carlos o el camerunés Samuel Eto’o. Se da la curiosidad que por razones de seguridad el equipo reside y entrena en las cercanías de Moscú y sólo viaja a la República de Daguestán a jugar los partidos de local. En la temporada 2011⁄12, de la mano de Guus Hiddink desde febrero del 2012, terminó sexto y logró clasificar a la rondas previas dispuestas para optar por un cupo en la Uefa Europa League. Ha mejorado, pero aún está lejos de ser un equipo exitoso. En realidad, el mayor problema del Anzhi es convencer a los jugadores de ir a jugar a un sitio que no es, por decir lo menos, de los más atractivos de Europa.
La historia del Paris Saint Germain es igualmente corta. En 2011 la Autoridad de Inversiones de Catar compró el 70% del equipo. Posteriormente su participación en el equipo llegaría al 100%. Invirtió en un gran entrenador, Carlo Ancelotti, compró grandes jugadores como el argentino Javier Pastore pero no ganó. La temporada 2011⁄12 terminó segundo perdiendo la liga en la última jornada pero clasificó a la Champions League. Es un proyecto en evolución.
Los anteriores ejemplos permiten establecer patrones sobre el tiempo que tarda en rentar grandes inversiones. Lo más notable es que no hay prácticamente equipos que logren resultados óptimos de manera inmediata. Además, aunque es relativamente común que el entrenador elegido inicialmente para liderar el proyecto no sea el adecuado, llama la atención que su reemplazo sí suele lograr resultados importantes.
El Atlético Nacional ha seguido un poco estas líneas. Ha contratado nuevo entrenador, Juan Carlos Osorio y además, pese al fracaso, no optó por el camino de frenar las inversiones. Si las racionalizó, pero basados en criterios deportivos se ha reforzados con lo mejor que hay disponible en el mercado colombiano.
La experiencia internacional se muestra del lado del Atlético Nacional. Pero poco dicen los casos revisados sobre la posibilidad de armar un equipo que cautive en seis meses, tal como requiere el mediocre sistema del torneo colombiano. La ventaja es que este semestre no compiten en torneo internacional. La desventaja es que este semestre se les exige ser campeones. Esta historia continuará …